martes, 5 de julio de 2016

Ayer, en el trabajo, un saltamontes del tamaño de una cigala se coló en una zona donde se cambia la gente de una de las contratas. Hicimos unas risas cuando se corrió la voz y ya, a otra cosa.

Anoche, justo antes de acostarme, salí al balcón, como siempre. Me gusta estar ahí acodado un par de minutos antes de irme a la cama. A mi lado aterrizó un saltamontes de tamaño respetable, lento y lustroso. 

Con menos, hay quien monta una teleserie llena de mal rollo y secuencias en ralentí.

Por lo demás, todo bien. Y Juno está ya en la órbita de Júpiter, que es una cosa que me pone de muy buen humor.

Días tranquilos en el edificio Baxter.

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