lunes, 2 de noviembre de 2015



La máquina de escribir que tenía señor AÍSA, y que aún conserva, es una Olivetti Lettera 32. Yo de la mía no me acuerdo, la verdad. (Lupita tampoco: ella recuerda otras cosas, y a veces las echa un poco de menos. Nada más que un poco, eso sí.)

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