sábado, 4 de octubre de 2014


Lo que más me ha gustado de La caja de las palabras es comprobar lo mucho y bien que ha crecido Eva Vázquez como ilustradora, y cómo se trae todo el bagaje de su trabajo en prensa (ese particular lenguaje propio que se ha ido construyendo estos años) y lo adapta para poner en imágenes un texto de Mar Benegas que, leído en frío, a uno se le antoja muy poco visual, pero rico en sugerencias. El resultado final es poético y de mucho gozo, y a mí me ha hecho sonreír un buen rato, que no es poco.

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