viernes, 26 de septiembre de 2014

Me entero de la muerte de Adelaida García Morales y me acuerdo de El sur y de El silencio de las sirenas, que me gustaron mucho entonces, hace ya tantos años. Dejé de leerla antes de que ella dejara de publicar: sus libros se me fueron haciendo áridos y, también, reiterativos... me parecían ya leídos antes. Es algo que me ocurre con muchos creadores; qué sé yo, igual es que, en efecto, llega un momento en que empiezas a escribir una y otra vez el mismo libro. 

Hoy, ya digo, me acuerdo de lo mucho que me gustaron esos primeros títulos, que leí al mismo tiempo que leía los primeros relatos de Cristina Fernández Cubas... De alguna manera, para mí, las dos iban de la mano entonces. Y las dos, para mí, fueron importantes.

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